La Luna Llena (Ataque Clown del día 25 de Julio).
Me llamo Jose Enrique y asistí a la excelente cena que se realiza en Santa Pola el día del año que más grande se puede ver la Luna, "El día de la Luna Llena de Julio", allí los asistentes se sientan en una larga fila de mesas colocadas a la vera del mar y disfrutan de los alimentos caseros especialmente preparados para tal evento.
Mi asistencia formaba parte de una comitiva de clowns que se organizó desde al ClownClub para amenizar la velada, y allí nos dispusimos a atacar, Cristalino, Cuchicú, Confusia, Tiquitaca e Interrogante...
Empezamos por la mesa 520 y terminamos entre las mesas 170 y 97, algunos más otros menos, fueron gloriosas horas de interacción con amables y gentiles personas que allí se encontraban cenando, niños por doquier se acercaban a los payasos, padres por redoquier acercaban a los niños los payasos, mujeres, ancianos, personitas serias y sonrientes, algunas mesas de gente cantando, poemas de Miguel hernández amenizaban la velada, la luna llena en lo alto y vigilando envidiaba Tabarca lo que allí se estaba celebrando.
Mi experiencia fué realmente grata, varias veces sólo, otras acompañado nos acercábamos a los comensales en tono de humor y poesía para dar un toque de color y distracción a la velada, recité en repetidas ocasiones algunos versos, en otras poesías enteras, la sensación de aceptación ante mi incursión en las mesas es algo difícil de olvidar, pude exponer en tono de humor mis situaciones personales recibiendo consejos graciosos de la gente que allí comía, con los niños algo jugué y mis malabares practiqué y ciertamente es cierto, los niños los más agradecidos, mayores corteses y educados.... hay que ver las personas cuanto somos capaces de dar con tan sólo una mirada, una sonrisa o una palabra.
En dos mesas me cantaron, en lo menos 10 me emocionaron, en 5 me enseñaron y en esas y en el resto nos disfrutamos, todos me invitaron de muy pocos acepté, me hubiera gustado haber estado en las 400 que por al lado pasé pero el tiempo era limitado, mi voz desgastaba se quedaba y sólo estuve en las que paré o simplemente me pararon.
Un abrazo a todos los que conocí, a los clowns con los que la experiencia compartí y a Vicky que cuan angel cuidador allí estaba ojo avizor cuidándonos en la distancia, gracias por pedirme escribir este texto, he revivido gratas sensaciones y las he podido compartir.
?
(Jose Enrique)
Me llamo Jose Enrique y asistí a la excelente cena que se realiza en Santa Pola el día del año que más grande se puede ver la Luna, "El día de la Luna Llena de Julio", allí los asistentes se sientan en una larga fila de mesas colocadas a la vera del mar y disfrutan de los alimentos caseros especialmente preparados para tal evento.
Mi asistencia formaba parte de una comitiva de clowns que se organizó desde al ClownClub para amenizar la velada, y allí nos dispusimos a atacar, Cristalino, Cuchicú, Confusia, Tiquitaca e Interrogante...
Empezamos por la mesa 520 y terminamos entre las mesas 170 y 97, algunos más otros menos, fueron gloriosas horas de interacción con amables y gentiles personas que allí se encontraban cenando, niños por doquier se acercaban a los payasos, padres por redoquier acercaban a los niños los payasos, mujeres, ancianos, personitas serias y sonrientes, algunas mesas de gente cantando, poemas de Miguel hernández amenizaban la velada, la luna llena en lo alto y vigilando envidiaba Tabarca lo que allí se estaba celebrando.
Mi experiencia fué realmente grata, varias veces sólo, otras acompañado nos acercábamos a los comensales en tono de humor y poesía para dar un toque de color y distracción a la velada, recité en repetidas ocasiones algunos versos, en otras poesías enteras, la sensación de aceptación ante mi incursión en las mesas es algo difícil de olvidar, pude exponer en tono de humor mis situaciones personales recibiendo consejos graciosos de la gente que allí comía, con los niños algo jugué y mis malabares practiqué y ciertamente es cierto, los niños los más agradecidos, mayores corteses y educados.... hay que ver las personas cuanto somos capaces de dar con tan sólo una mirada, una sonrisa o una palabra.
En dos mesas me cantaron, en lo menos 10 me emocionaron, en 5 me enseñaron y en esas y en el resto nos disfrutamos, todos me invitaron de muy pocos acepté, me hubiera gustado haber estado en las 400 que por al lado pasé pero el tiempo era limitado, mi voz desgastaba se quedaba y sólo estuve en las que paré o simplemente me pararon.
Un abrazo a todos los que conocí, a los clowns con los que la experiencia compartí y a Vicky que cuan angel cuidador allí estaba ojo avizor cuidándonos en la distancia, gracias por pedirme escribir este texto, he revivido gratas sensaciones y las he podido compartir.
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(Jose Enrique)
